Se trata de un antiguo molino harinero que toma su nombre de su antiguo dueño, perteneciente a la familia Orduña, antiguos señores feudales de la villa, y Gobernador de la provincia de Alicante.
Sus gruesos muros de piedra y su situación privilegiada, le confieren un carácter único y señorial.
Se encuentra a orillas del río Guadalest, un pequeño afluente del Algar que hoy en día no lleva prácticamente agua. Esto se debe al embalse que se construyó en Guadalest, y a los pozos de agua de Beniardà.